
Defiende en él algo tan obvio como lo muchísimo que une a las identidades de género en los seres humanos, más que lo que las separa, además de que éstas no tienen por qué ceñirse a dos, mujer/hombre, y además homogéneas, si no que pueden ser múltiples y heterogéneas, desde puntos de vista biológicos, culturales, sociológicos, psicológicos, etc.
Una buena defensa de la inclusividad en cuanto al género y del ser humano como un todo, no como una suma de partes.