Hay personas con las que uno topa en la vida (aunque sea digitalmente), que al escucharlas además de sentir una enorme paz interior, uno nota cómo aprende con cada sílaba. Y no sólo aprende conceptos, también aprende actitudes, valores, gestos, tempos... Hace años que sigo a Pepe Mújica, presidente de Uruguay durante años, por ser un enorme referente intelectual, emocional y vital. Son esos pequeños tesoros humanos que la naturaleza nos brinda a todos los seres vivos y que no deberíamos dejar de escuchar nunca. La sabiduría que encierran sus palabras vale más que 1 millón de corbatas y trajes de rubios engominados y con carteras de cuero (de animales asesinados).
Gracias Pepe.
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